“DE
LA TELEVISIÓN Y EL CINE A LA LECTURA”
GEMA
LLUCH
Hoy en día, estamos
muy acostumbrados a oír hablar del uso abusivo que hacen muchos niños de la
televisión, cada vez que lo oímos pensamos que hemos de mejorarlo. Considero
que muchos padres tienen la intención de hacerlo, de poner unas pautas y
límites para ver la televisión pero muchas veces después de poner y explicar
estas pautas a sus hijos no las cumplen por diversos motivos.
Este hecho ha afectado
en gran medida a la enseñanza de la literatura, ya que el tipo de aprendizajes
relacionados con la competencia narrativa que crean los relatos televisivos y
los cinematográficos para la construcción lingüística, narrativa y literaria no
son los adecuados.
La televisión puede
ofrecerles un mundo muy lejos de la realidad que les cree confusión y quieran
imitar aquello que es inimitable, hemos de saber que los niños establecen
hábitos permanentes y características emocionales, a través de la imitación y
la identificación.
Por ello, debemos concienciar a los
niños de que podemos realizar otras actividades divertidas, dinámicas y
beneficiosas para el desarrollo del niño, como por ejemplo: fomentar el hábito
lector. Es importante que la lectura de libros se
incluya como parte de la rutina diaria, ya sea al despertarse, a mediante tarde
o una rato antes de acostarse.
El momento de lectura es un momento
más de juego en el que el padre o la madre interactúan con sus hijos utilizando
como pretexto el libro de cuentos. Vale la pena hacer de este momento, una
oportunidad de genuino contacto, de atención completa para el niño o niña y de
estimulación de la capacidad lectora e imaginativa del pequeño.
Si logramos asociar los encuentros de lectura de los niños con sentimientos
agradables de fortalecimiento del vínculo afectivo y de respeto por
el otro, el hábito tendrá una fuerte carga emocional positiva y esto
influirá en que sea fuerte y duradero.
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